lunes, 29 de agosto de 2011

Los que Oran



En mi angustia invoqué al Señor, y clamé a mi Dios. El oyó mi voz…
y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.

Salmo 18:6.

Pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.
Juan 16:24.


        En el Nuevo Testamento los que creyeron en el Señor Jesús son designados desde el principio como “los discípulos” (Hechos 6:1), “los hermanos” (9:30), los “de este Camino”, es decir, los que seguían el camino del Señor (9:2). Luego fueron llamados “cristianos” (palabra que significa: de Cristo; Hechos 11:26).

       Cuando el Evangelio penetró en la isla de Madagascar, los cristianos fueron llamados «los que oran». A pesar de las persecuciones, estos creyentes adoraban abiertamente a Jesús, oraban en casa, afuera, y en todas partes adonde iban. Su fe no se limitaba a costumbres; era una fe viva, activa, de aquellos que recurren al nombre del Señor. Por esa razón sus enemigos les preguntaban: –¿Ora usted? Una respuesta afirmativa bastaba para detenerlos.

       El apóstol Pablo se convirtió cuando fue detenido por la visión de la gloria del Señor; por lo que permaneció ciego durante un tiempo. Entonces Dios mandó al discípulo Ananías que fuera a junto de Pablo. “He aquí, él ora”, le dijo el Señor para mostrarle que Saulo (o Pablo) había llegado a ser creyente (Hechos 9:11). Para Ananías los cristianos eran efectivamente los que “invocan el nombre del Señor”. Esta es una característica importante del cristiano.

       ¿Forma parte usted de los que oran? En su verdadero sentido, orar es el acto más intenso de la vida del cristiano. Es hallarse en la presencia de Dios y dirigirse al Todopoderoso, a quien el creyente conoce como su Padre. 

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